Han transcurrido más de 50 años de la muerte de Marilyn
Monroe. La madrugada del día 5 de agosto de 1962, el cuerpo sin vida de la
actriz fue hallado en su residencia, situada en el 12305 de Fifth Helena
Drive, en Los Ángeles (California). La versión oficial declaró que la muerte
fue debida a un suicidio provocado por sobredosis de barbitúricos. Pero muchos
ni se creyeron ni se creen, a pesar del tiempo transcurrido, la versión oficial
del suicidio.
En 1964, Frank Capell, en un libro de setenta páginas
titulado The Strange Death Of Marilyn Monroe (La extraña muerte de
Marilyn Monroe), planteó por primera vez la posible complicidad de los hermanos
Kennedy en el asesinato de la actriz. Al parecer, los dos hermanos Kennedy
mantuvieron al mismo tiempo relaciones íntimas con la estrella cinematográfica
que, incluso, disponía de una línea directa especial con la Casa Blanca. Pero
fue muchos años más tarde (1999), cuando el periodista Donald H. Wolfe,
publicó, sin duda, el trabajo de investigación periodística más serio y
exhaustivo realizado hasta la fecha sobre la muerte de Marilyn Monroe: The
last days of Marilyn Monroe (editada en castellano con el título deMarilyn
Monroe. Investigación de un asesinato). En las páginas del
libro, Wolfe, muestra su convencimiento en el hecho de que Marilyn sabía
demasiado y, este hecho plantearía el interés de las altas esferas políticas
por eliminarla, dado que la actriz poco antes de su muerte había mantenido "...
una estrecha relación con el fiscal general Robert Kennedy y su hermano, el
presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, así como con Frank
Sinatra y sus amigos de la mafia. Además, sin que ella lo supiera, algunos
integrantes de su círculo de amistades estaban vinculados estrechamente con el
comnismo; hecho conocido por los servicios secretos". Según
consta en varios informes del FBI, José Bolaños, guionista y amante ocasional
de Marilyn, con el que mantuvo una conversación telefónica el mismo día de su
muerte, y Ralph Greenson, su psiquiatra, también eran de ideología comunista.
Por otro lado, los seguidores de la teoría de la
conspiración están convencidos de que Marilyn estaba en posesión de información
muy peligrosa que, en su momento, podría ser utilizada para destruir a los
hermanos Kennedy y afectar a la seguridad nacional. Tampoco ha quedado nada
claro la desaparición del diario de la estrella de Hollywood. Un diario de
color rojo que Marilyn guardaba celosamente en su dormitorio y donde, sin lugar
a dudas, habría información comprometedora para gente que se movía a su
alrededor. Sea como fuere, el diario desapareció y con él, pruebas más que
palpables de que la actriz estaba jugando con fuego. "En este
pequeño cuaderno de piel roja que siempre llevaba consigo, apuntaba hasta la
más íntima de sus vivencias". Pero el diario desapareció
misteriosamente. Hasta el día de hoy, solo dos personas han afirmado haber
visto el diario: el periodista Robert Slatzer y el ayudante judicial Lionel
Grandison. Este último, lo vio días antes de que desapareciera de la carpeta
del sumario. Años más tarde (1978), Mike Rothmiller, que por entonces trabajaba
en la Unidad de Información sobre el Crimen Organizado, encontró, en una
carpeta polvorienta de los archivos unas fotocopias del desaparecido diario: "Era
eso, parte de un diario. La mayoría de las anotaciones eran sobre
conversaciones mantenidas con John F. Kennedy y Robert Kennedy. Los temas iban
de Rusia y Cuba a la mafia y Sinatra".
Donald H. Wolfe añade: "¿Intentaban matar a
Marilyn Monroe? ¿O solo suministrarle una dosis mayor de las que estaba
acostumbrada para poder acceder a sus archivos, tomar notas, buscar documentos
comprometedores y destruir el famoso diario? Los indicios señalan homicidio
premeditado".
Norman Jefferies poseía una capacidad innata para pasar
completamente desapercibido. Ejercía de chófer, jardinero, chico de los
recados... en la residencia de Marilyn Monroe. Curiosamente, nunca fue
entrevistado por los periodistas ni interrogado por la policía. A principios de
la década de los noventa, Jefferies, que vivía en Russekkville (Arkansas)
aquejado de una enfermedad terminal y confinado en una silla de ruedas, decidió
revelar al mundo toda la verdad. Marilyn madrugó aquella mañana del 5 de agosto
de 1962; estaba preocupada por una llamada telefónica amenazante que había
recibido la noche anterior. Después de la comida, pasadas las tres de la tarde,
recibió la visita de Robert Kennedy y del actor Peter Lawford. Ante el
manifiesto deseo de los visitantes de conversar a solas con la actriz, Marilyn
se deshizo de los dos miembros del servicio: "Cuando Eunice
Murray y yo (Norman Jefferies) regresamos una hora después, los visitantes se
habían marchado y Marilyn se hallaba en un estado de tremenda excitación
nerviosa, presa de un ataque de pánico". Sobre las diez de la noche, según
nos relata el propio Jefferies: "Bobby Kennedy regresó acompañado por dos
hombres; uno de los cuales portaba un maletín de médico". Media hora más
tarde, Eunice y Norman vieron salir a los tres hombres y decidieron regresar a
casa. "Tendida en el suelo del bungalow para invitados yacía Marilyn,
inconsciente y aferrada fuertemente al teléfono".
El cadáver fue trasladado a su dormitorio. Otro caso más sin resolver.
El cadáver fue trasladado a su dormitorio. Otro caso más sin resolver.